Su primer viaje a solas
Me encuentro dentro de un bus interprovincial listo para iniciar mi viaje. El objetivo es realizar actividades reconfortantes que me llenen de energía y me permitan encontrar paz en mi interior. Durante este viaje, hare lo posible por conocer nuevas ciudades y lugares que no llegue a disfrutar en mi juventud. Aunque mi expresión corporal denote tranquilidad, en realidad me encuentro muy nervioso. Hasta ahora no he definido un lugar exacto donde llegaré.
Han pasado casi ocho horas de viaje y mientras muchos duermen en sus asientos, la chica del "asiento 60" sólo mira el paisaje en movimiento y sonríe con el reflejo de su rostro por la ventana del bus. Lo que más me sorprende que, mientras nosotros tenemos nuestro celular en mano y vamos navegando en las redes sociales; Ella no ha tomado en ningún momento su aparato electrónico y sigue despierta disfrutando (a su manera) el viaje.
La curiosidad
Luego de algunos intentos, logre captar su atención y dialogamos unos minutos. Sus respuestas hicieron que hoy comparta esta breve historia.
La joven del "asiento 60" trabajo fuerte por mucho tiempo para apoyar a su madre y a sus hermanos menores. Sacrifico su futuro para poder brindarle una mejor calidad de vida a los suyos. Luego de mucho tiempo y producto de una disciplina de ahorro, decidió recargar energías y salir de viaje a ciudad donde el mar y su buena comida es reconocida.
Termino su testimonio diciendo: De niña escuche la frase: "La Luna de Paita y y Sol de Colán" y ahora voy dispuesta a vivir esa experiencia... Nuestra breve conversación acabo entre risas y posteriormente continuamos con nuestro viaje.
Dos días pasaron y llegue a Colán. Lo que encontré fue espectacular.
El limpio marSu brisa marinaSu pazSu arena húmeda y caliente por los rayos del sol
Por falta de tiempo no llegue a visitar Paita, pero lo que encontré en Colan es realmente es un paraíso.
Lo recomiendo.
El Sol de Colán
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